Found 214 Results for: historia de Moab

  • Él se llamaba Elimélec, su esposa Noemí y sus dos hijos Majlón y Kilión, todos efrateos de Belén de Judá. Llegaron a Moab y se establecieron allí. (Rut 1, 2)

  • Noemí salió de Moab con sus dos nueras para volver a su patria, pues había oído que el Señor se preocupaba de su pueblo, dándole pan. (Rut 1, 6)

  • Así fue como Noemí, con su nuera Rut, la moabita, volvió de Moab a Belén al comienzo de la siega de la cebada. (Rut 1, 22)

  • Él respondió: "Es la moabita que ha venido con Noemí del país de Moab. (Rut 2, 6)

  • Booz dijo al pariente: "Noemí ha vuelto del país de Moab y ha puesto en venta el campo de nuestro hermano Elimélec. (Rut 4, 3)

  • Pero ellos se olvidaron del Señor, su Dios, y él los entregó en manos de Sísara, jefe de los ejércitos de Jasor, en manos de los filisteos y en manos del rey de Moab, que les hicieron la guerra. (I Samuel 12, 9)

  • Una vez que Saúl tomó posesión del reino de Israel, hizo la guerra a todos sus enemigos de alrededor: Moab, los amonitas, Edón, el rey de Sobá y los filisteos. Y siempre salía victorioso. (I Samuel 14, 47)

  • De allí David fue a Mispá de Moab, y dijo al rey de Moab: "Permite que mis padres se queden con vosotros hasta que sepa lo que Dios quiere de mí". (I Samuel 22, 3)

  • Él los dejó con el rey de Moab, y permanecieron con él todo el tiempo que David estuvo en el refugio. (I Samuel 22, 4)

  • Edón, Moab, los amonitas, los filisteos, Amalec y el botín de Hadadézer, hijo de Rejob, rey de Sobá. (II Samuel 8, 12)

  • Benayas, hijo de Yehoyadá, hombre valiente y rico en hazañas, de Cabseel, fue el que mató a los dos héroes de Moab; fue también el que bajó a la cisterna y mató en ella a un león un día de nieve. (II Samuel 23, 20)

  • En el monte que está enfrente de Jerusalén construyó un santuario a Camós, ídolo repugnante de Moab, y a Milcón, ídolo repugnante de los amonitas. (I Reyes 11, 7)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina