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  • No quisieron obedecer, olvidándose de las maravillas que tú habías realizado para ellos. Endurecieron su cabeza y se empeñaron, obstinados, en volver a Egipto, a su esclavitud. Pero tú eres un Dios pronto a perdonar, clemente y misericordioso, tardo a la ira y lleno de bondad; por eso no los abandonaste. (Nehemías 9, 17)

  • Y ahora nosotros mismos somos esclavos; y en la tierra que tú diste a nuestros padres para que gozaran de sus frutos y sus bienes, en ella misma estamos sometidos a esclavitud. (Nehemías 9, 36)

  • Hemos desobedecido tus mandatos, y tú nos has abandonado al pillaje, a la esclavitud, a la muerte, y nos has hecho la fábula, la risa y el oprobio en las naciones paganas en que nos has dispersado. (Tobías 3, 4)

  • de la matanza de nuestros hermanos, de la esclavitud de nuestra tierra, de la destrucción de nuestros bienes en medio de los pueblos donde estemos desterrados. Nuestros conquistadores nos humillarán y nos despreciarán, (Judit 8, 22)

  • y nuestra esclavitud no sería para nuestro bien, sino que el Señor, Dios nuestro, haría de ella nuestra deshonra. (Judit 8, 23)

  • Pero no se contentan ahora con la amargura de nuestra esclavitud, y han jurado ante sus ídolos (Ester 14, 8)

  • Han matado a todos nuestros hermanos que vivían en Tob, han sometido a esclavitud a sus mujeres y a sus hijos y se han llevado sus bienes: han muerto allí unos mil hombres". (I Macabeos 5, 13)

  • pero los romanos se enteraron y enviaron a luchar contra ellos a un solo general; cayeron muchos griegos, y los romanos se llevaron cautivas a sus mujeres y a sus hijos, saquearon sus bienes, se apoderaron de sus tierras, derribaron sus murallas y los sometieron a esclavitud hasta el día de hoy. (I Macabeos 8, 10)

  • reúne a los nuestros dispersos, libra a los que viven en esclavitud en medio de las gentes, protege a los que son despreciados y aborrecidos, y conozcan los pueblos que tú eres nuestro Dios. (II Macabeos 1, 27)

  • Esclavitud, ignominia y vergüenza grande es que la mujer mantenga a su marido. (Eclesiástico 25, 22)

  • Entonces, cuando el Señor te conceda respiro de tus padecimientos, de tus inquietudes y de la dura esclavitud a la que estabas sometido, (Isaías 14, 3)

  • Todo este país será convertido en ruinas, en desolación, y permanecerán en esclavitud entre las naciones durante setenta años. (Jeremías 25, 11)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina