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  • Cuando se puso al servicio del Faraón, rey de Egipto, José tenía treinta años. José se alejó de la presencia del Faraón e hizo un recorrido por todo el territorio de Egipto. (Génesis 41, 46)

  • Y al segundo le puso el nombre de Efraím, diciendo: "Dios me ha hecho fecundo en la tierra de mi aflicción". (Génesis 41, 52)

  • E inmediatamente, los puso bajo custodia durante tres días. (Génesis 42, 17)

  • y además hemos traído dinero para adquirir nuevas provisiones. No sabemos quién puso el dinero en nuestras bolsas". (Génesis 43, 22)

  • Pero él respondió: "Quédense tranquilos, no teman. Su Dios y el Dios de su padre les puso ese dinero en las bolsas. La suma que ustedes pagaron está en mi poder". Y en seguida les presentó a Simeón. (Génesis 43, 23)

  • Luego estrechó entre sus brazos a su hermano Benjamín y se puso a llorar. También Benjamín lloró abrazado a él. (Génesis 45, 14)

  • José los puso junto a Israel, que ya no veía, porque sus ojos se habían debilitado a causa de su edad avanzada, y él los besó y los abrazó. (Génesis 48, 10)

  • Pero Israel, entrecruzando sus manos, puso la derecha sobre la cabeza de Efraím, que era el menor, y la izquierda sobre la cabeza de Manasés, aunque este era el primogénito, (Génesis 48, 14)

  • Y aquel día pronunció sobre ellos esta bendición: "Por ti Israel pronunciará esta bendición: Y puso a Efraím delante de Manasés. (Génesis 48, 20)

  • ‘Díganle a José: Perdona el crimen y el pecado de tus hermanos, que te hicieron tanto mal. Por eso, perdona el crimen de los servidores del Dios de tu padre’". Al oír estas palabras, José se puso a llorar. (Génesis 50, 17)

  • Cuando ya no pudo ocultarlo más tiempo, tomó una cesta de papiro y la impermeabilizó con betún y pez. Después puso en ella al niño y la dejó entre los juncos, a orillas del Nilo. (Exodo 2, 3)

  • y cuando el niño creció, lo entregó a la hija del Faraón, que lo trató como a un hijo y le puso el nombre de Moisés, diciendo: "Sí, yo lo saqué de las aguas". (Exodo 2, 10)


“Combata vigorosamente, se está interessado em obter o prêmio destinado às almas fortes.” São Padre Pio de Pietrelcina