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Todo quedó concluido al amanecer por la protección eficaz de Dios. (2 Macabeos 13, 17)
Supo entonces que Filipo, a quien había dejado en Antioquía como jefe del gobierno, se había rebelado, y quedó consternado. Pidió la paz a los judíos y juró complacer sus justas peticiones; (2 Macabeos 13, 23)
Cuando supo esto, Nicanor quedó consternado, pues le costaba romper lo pactado, sin que Judas hubiera faltado en algo. (2 Macabeos 14, 28)
Cada hombre quedó armado no con espada y escudo, sino con la certeza que procede de palabras nobles. Para confirmar todo esto, les narró un sueño digno de fe o, mejor dicho, una visión por la que todos se alegraron. (2 Macabeos 15, 11)
Nos abandonaron: parece que nada quedó de ellos. Pero, en realidad, entraron en la paz. (Sabiduría 3, 3)
Noé fue hallado justo, perfecto: fue el instrumento de la reconciliación en el momento de la Cólera; debido a él quedó un resto en la tierra cuando vino el diluvio. (Sirácides (Eclesiástico) 44, 17)
Cuando Elías fue llevado en un torbellino, Eliseo quedó lleno de su espíritu. Ningún príncipe pudo intimidarlo todo el tiempo que vivió, ni nadie pudo dominarlo. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 12)
Sólo quedó un pueblo muy pequeño, con un soberano de la casa de David. De esos reyes, unos hicieron lo que le agrada al Señor, pero otros multiplicaron sus pecados. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 16)
Profecía sobre Moab. Bastó con una noche: Ar-Moab quedó toda en silencio. Bastó con una noche: Quir-Moab fue destruida, (Isaías 15, 1)
Porque así me ha hablado Yavé: Me quedo mirando y sin moverme ahí donde estoy, así como pesa el calor cuando hay mucho sol, o como se detiene una nube blanca en un día de siega. (Isaías 18, 4)
- «Yo me quedo sin cerca, ¿y de dónde me vienen esas malezas?» - «Yo mismo les haré la guerra y a todos les prenderé fuego; (Isaías 27, 4)
Senaquerib levantó su campamento y se fue. Y de regreso se quedó en Nínive. Un día, mientras estaba adorando, dentro del templo, a Nisroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sareser lo asesinaron a puñaladas y se pusieron a salvo en el país de Ararat. Le sucedió en el trono su hijo Asaradón. (Isaías 37, 37)
