Found 130 Results for: mesa preparada

  • Joaquín dejó sus ropas de prisionero y, en adelante, se sentó a comer en la mesa del rey. (Jeremías 52, 33)

  • Luego te reclinaste sobre una cama lujosa; delante de ella pusieron una mesa y allí depositaste mi incienso y mi aceite. (Ezequiel 23, 41)

  • Esto dice Yavé: En mi mesa se hartarán de caballos y de animales de tiro, de hombres selectos y de soldados. (Ezequiel 39, 20)

  • había un altar de madera de tres codos de alto; su largo y su ancho eran de dos codos. Tenía piezas angulares y sus adornos eran de madera. El hombre me dijo: "Esta es la mesa que está ante Yavé". (Ezequiel 41, 22)

  • Entrarán a mi santuario y se aproximarán a mi mesa para servirme; tendrán a su cargo mi culto. (Ezequiel 44, 16)

  • El rey dispuso que todos los días se les diera comida de la preparada para la gente del palacio y vino del que ellos bebían. Después que fueran mantenidos por espacio de tres años, servirían en la presencia del rey. (Daniel 1, 5)

  • Después podrás observar si los jóvenes que comen de la mesa del rey tienen mejor aspecto que nosotros. Entonces harás lo que te parezca.» (Daniel 1, 13)

  • Los que comían de su mesa lo quebrantarán, sus tropas se desbandarán y muchos caerán muertos a espada (Daniel 11, 26)

  • En cuanto a los dos reyes, no pensarán más que en hacerse daño, y aun sentados a la misma mesa tratarán de engañarse. Pero nada lograrán, pues habrá todavía un plazo antes del momento fijado (Daniel 11, 27)

  • Ellos estaban tranquilos, porque se habían hecho una entrada secreta debajo de la mesa y por ahí penetraban siempre y venían a comerse las ofrendas. (Daniel 14, 12)

  • En cuanto abrieron la puerta, el rey echó una mirada a la mesa y gritó en alta voz: «¡Grande eres, Bel, y en ti no hay engaño!» (Daniel 14, 18)

  • Se enojó muchísimo y mandó detener a los sacerdotes con sus mujeres y sus hijos. Ellos le mostraron entonces las puertas secretas por las que entraban a apoderarse de lo que había en la mesa. (Daniel 14, 21)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina