Found 805 Results for: Og

  • Al oír esto, nosotros y los de Cesarea rogamos a Pablo que no subiera a Jerusalén. (Hecho de los Apóstoles 21, 12)

  • Como no logramos convencerlo, dejamos de insistir y dijimos: «Hágase la voluntad del Señor.» (Hecho de los Apóstoles 21, 14)

  • Yo respondí: «Señor, ellos saben que yo recorría las sinagogas encarcelando y azotando a los que creían en ti. (Hecho de los Apóstoles 22, 19)

  • Cinco días después, el sumo sacerdote Ananías bajó a Cesarea con algunos ancianos y un abogado llamado Tértulo, y presentaron una demanda contra Pablo ante el gobernador. (Hecho de los Apóstoles 24, 1)

  • Luego declaró que sus acusadores tenían que presentarse ante ti. Si tú lo interrogas, podrás comprobar todas las cosas de que lo acusamos.» (Hecho de los Apóstoles 24, 8)

  • y que nadie me sorprendió discutiendo en el Templo o alborotando a la gente ni en las sinagogas ni en la ciudad; (Hecho de los Apóstoles 24, 12)

  • Recorría las sinagogas y multiplicaba los castigos para obligarlos a renegar de su fe, y tal era mi furor contra ellos, que los perseguía hasta fuera de nuestras fronteras. (Hecho de los Apóstoles 26, 11)

  • Comenzó entonces a soplar un ligero viento del sur, y pensaron que lograrían su objetivo. Levaron anclas y costearon la isla de Creta. (Hecho de los Apóstoles 27, 13)

  • El barco fue arrastrado y no se logró hacer frente al viento, de manera que nos quedamos a la deriva. (Hecho de los Apóstoles 27, 15)

  • Mientras pasábamos al abrigo de una pequeña isla llamada Cauda, logramos con mucho esfuerzo recuperar el bote salvavidas. (Hecho de los Apóstoles 27, 16)

  • Los nativos nos trataron con una cordialidad poco común, encendieron una gran hoguera y nos cuidaron a todos, ya que llovía y hacía frío. (Hecho de los Apóstoles 28, 2)

  • Los romanos querían dejarme en libertad después de haberme interrogado, pues no encontraban en mí nada que mereciera la muerte. (Hecho de los Apóstoles 28, 18)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina