Found 207 Results for: Incienso Sagrado

  • tras dos años de interrupción. De nuevo, quemaron incienso, prendieron las lámparas y colocaron los panes de la presencia. (2 Macabeos 10, 3)

  • Un tal Alcimo, que antes había sido sumo sacerdote, pero que se había desprestigiado en tiempo de la rebelión, comprendió que de ninguna forma volvería a ser aceptado para el servicio del altar sagrado. (2 Macabeos 14, 3)

  • ¿Quién es éste que sube del desierto? Parece ser una columna de humo perfumado de mirra y de incienso y de todos los aromas. (Cantar 3, 6)

  • Antes de que sople la brisa del día, y se vayan las sombras, me iré al monte de la mirra, al cerro del incienso. (Cantar 4, 6)

  • nardo y azafrán, clavo de olor y canela, con todos los árboles de incienso, mirra y áloe con los mejores perfumes. (Cantar 4, 14)

  • Pero con toda justicia serán castigados por dos motivos: primero porque desconocieron a Dios al irse con los ídolos, segundo porque cometieron un fraude, al hacer falsos juramentos menospreciando lo que es sagrado. (Sabiduría 14, 30)

  • Un hombre intachable tomó inmediatamente su defensa con las armas de su ministerio: la oración y el incienso de los sacrificios expiatorios. Así enfrentó a tu cólera, Señor, y puso fin a su prueba: vieron entonces que era tu servidor. (Sabiduría 18, 21)

  • Exhalé mi perfume como el cinamomo, como las plantas olorosas; expandí mi buen olor como las savias aromáticas, como el bálsamo y la mirra exquisita, como el humo del incienso en el santuario. (Sirácides (Eclesiástico) 24, 15)

  • Como la lámpara que brilla en un candelabro sagrado, así es un hermoso rostro en un cuerpo armonioso. (Sirácides (Eclesiástico) 26, 17)

  • Ofrécele a Dios el incienso y la harina flor para que te tenga en su memoria, preséntale una ofrenda escogida entre tus bienes. (Sirácides (Eclesiástico) 38, 11)

  • Expandan un olor agradable como el incienso, que se abran sus flores como el lirio, den su perfume y entonen un canto ¡Bendigan al Señor por todas sus obras! (Sirácides (Eclesiástico) 39, 14)

  • Lo revistió con un traje sagrado, bordado de oro, de púrpura y de escarlata; encima llevaba el pectoral con el urim y el tumim, bordado también con hilos escarlatas. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 10)


“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina