Levítico, 19
3. Todos ustedes respetarán a su padre y a su madre y guardarán mis sábados. ¡Yo soy Yavé, su Dios!
3. Todos ustedes respetarán a su padre y a su madre y guardarán mis sábados. ¡Yo soy Yavé, su Dios!
Levítico 19 es un capítulo que aborda varias leyes y mandamientos que el pueblo de Israel debe seguir para vivir en santidad y justicia ante Dios. Los temas incluyen conducta ética, respeto a los padres, honestidad en los negocios, justicia social, relaciones sexuales, entre otros.
Deuteronomio 6:5 - "Amarás, por el Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todo tu poder". Este versículo se relaciona con el tema central del Capítulo 19 de Levítico, que es la santidad ante Dios. Amar a Dios sobre todo es el principio fundamental que guía todas las demás leyes y mandamientos.
Mateo 5:44 - "Pero te digo, amo a tus enemigos y rezo por quienes te persiguen". Este versículo se relaciona con el mandamiento de amar a los demás como a sí mismo, que es una de las principales leyes del Capítulo 19. Esta ley incluye el amor de los enemigos y la oración por aquellos que nos persiguen.
Levítico 19:18 - "No te vengarás, ni lo mantendrás en contra de los hijos de tu pueblo, pero amarás a tu prójimo como tú mismo. Soy el Señor". Este versículo resume el mandamiento de amar a los demás y muestra que la venganza y la ira no deben tener lugar en la vida de los hijos de Dios.
Proverbios 11:1 - "El equilibrio engañoso es la abominación para el Señor, pero el peso justo es tu placer". Este versículo se relaciona con las leyes de la justicia social mencionadas en el Capítulo 19 Levítico, que incluyen honestidad en los negocios y el respeto por los pobres y los extranjeros.
1 Corintios 6:18 - "Me escapé de la prostitución. Todo el pecado que comete el hombre está fuera del cuerpo; pero el que se prostituta contra su propio cuerpo". Este versículo se relaciona con las leyes que regulan las relaciones sexuales mencionadas en el Capítulo 19 Levítico, que incluyen la prohibición de la prostitución y el adulterio.
“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina
