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  • como premio a la obediencia de Abrahán, que guardó mis leyes y cumplió mis mandamientos y preceptos.» (Génesis 26, 5)

  • Les dictarás estas leyes: (Exodo 21, 1)

  • Moisés bajó del monte y contó al pueblo todas estas palabras de Yavé y todas sus leyes. Contestaron de una sola voz: «Nosotros cumpliremos con todo lo que Yavé ha dicho.» (Exodo 24, 3)

  • Al bajar de vuelta del cerro, Moisés traía las dos tablas de las Declaraciones divinas en que las leyes estaban escritas y grabadas por ambos lados. (Exodo 32, 15)

  • Cuando Moisés bajó del monte Sinaí, tenía en las manos las dos tablas de las Declaraciones divinas donde estaban escritas las leyes de la Alianza, y no sabía que la piel de su cara se había vuelto radiante, por haber hablado con Yavé. (Exodo 34, 29)

  • Ustedes guarden mis leyes y mis normas y no cometan ninguna de estas abominaciones ni tampoco los forasteros que vivan entre ustedes. (Levítico 18, 26)

  • Si ponen mis leyes en práctica y observan mis mandamientos, vivirán seguros en esta tierra. (Levítico 25, 18)

  • si desprecian mis normas y rechazan mis leyes; si no hacen caso de todos mis mandamientos y rompen mi alianza, (Levítico 26, 15)

  • Estas son las normas, leyes e instrucciones que Yavé estableció entre El y los hijos de Israel en el monte Sinaí, por medio de Moisés. (Levítico 26, 46)

  • Estas son las leyes y los mandatos que Yavé dio, por medio de Moisés, a los hijos de Israel en las estepas de Moab, en las orillas del Jordán, enfrente de Jericó. (Números 36, 13)

  • Mira: como Yavé, mi Dios, me ha ordenado, te he enseñado normas y leyes para que las pongas en práctica en la tierra en que vas a entrar y que pasará a ser tuya. (Deuteronomio 4, 5)

  • Si las guardan y las practican, pasarán por sabios e inteligentes a los ojos de los pueblos que tengan conocimiento de todas estas leyes; y dirán: ¡Qué pueblo tan grande! Sólo él tiene sabiduría e inteligencia . (Deuteronomio 4, 6)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina