15. Ella le respondió: «Al verte, Señor, me pareció que tú eras un ángel de Dios; mi corazón, entonces, se asustó por el miedo que infunde tu poder. Señor, tú eres maravilloso y tu rostro es encantador.»





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina