1. Yo, el Presbítero -y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad- saludo a la Comunidad elegida y a sus miembros, a los que amo de verdad,





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina