50. Entonces clamaron a Simón, pidiéndole la paz. Él se la concedió, pero los expulsó de allí y purificó la Ciudadela de toda contaminación.





“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina