12. Cuando los de la ciudad los divisaron, empuñaron sus armas y salieron hacia la cima del monte. Los prácticos en la honda impedían su subida disparándoles piedras.





“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina