11. Todos los israelitas, hombres, mujeres y niños que habitaban en Jerusalén, se postraron ante el templo, se cubrieron de ceniza sus cabezas y se ciñeron con saco ante el Señor.





“Pense em Jesus flagelado por amor a você, e ofereça com generosidade um sacrifício a Ele”. São Padre Pio de Pietrelcina