24. Asna salvaje, avezada al desierto, que en el ardor de su deseo sorbe el viento; su apetencia, ¿quién la calmará? El que la busca no tiene que esforzarse, la encuentra en el mes de su celo.





“Lembre-se de que você tem no Céu não somente um pai, mas também uma Mãe”. São Padre Pio de Pietrelcina