Jeremías, 2
27. los que dicen al madero: «Mi padre eres tú», y a la piedra: «Tú me diste a luz.» Tras de volverme la espalda, que no la cara, al tiempo de su mal dice: «¡Levántate y sálvanos!»
27. los que dicen al madero: «Mi padre eres tú», y a la piedra: «Tú me diste a luz.» Tras de volverme la espalda, que no la cara, al tiempo de su mal dice: «¡Levántate y sálvanos!»
“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina