Hechos, 12
22. Entonces el pueblo se puso a aclamarle: «¡Es un dios el que habla, no un hombre!»
22. Entonces el pueblo se puso a aclamarle: «¡Es un dios el que habla, no un hombre!»
“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina