7. Los del lugar le preguntaban por su mujer, y él decía: «Es mi hermana.» En efecto, le daba reparo decir: «Es mi mujer», no fuesen a matarle los del lugar por causa de Rebeca, ya que ella era de buen ver.





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina