23. Cuando Ajitófel vio que no habían seguido su consejo, ensilló su asno y se fue a su casa, a su ciudad. Puso en orden los asuntos de su casa y se ahorcó. Así murió, y fue sepultado en el sepulcro de su padre.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina