8. Con él no hay más que un brazo de carne, pero con nosotros está el Señor, nuestro Dios, para socorrernos y combatir a nuestro lado". El pueblo se sintió reconfortado por las palabras de Ezequías, rey de Judá.





“O homem sem Deus é um ser mutilado”. São Padre Pio de Pietrelcina