11. Luego me dijo: "Daniel, hombre predilecto, fíjate en las palabras que voy a decirte, y ponte de pie en el lugar donde estás, porque ahora yo he sido enviado a ti". Y mientras me decía estas palabras, yo me puse de pie, temblando.





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina