27. Los sacerdotes venden sus víctimas y sacan provecho de ellas; de la misma manera, sus mujeres conservan en sal una parte de la víctima, en lugar de repartirla al pobre y al desvalido. Y hasta la menstruante y la parturienta tocan esas víctimas.





“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina