Gefunden 599 Ergebnisse für: tercer cielo
Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos". ¿No está escrito esto en el libro del Justo? El sol se detuvo en medio del cielo y no se apresuró a ponerse en casi un día entero. (Josué 10, 13)
El tercer lote tocó en suerte a Zabulón, por sus clanes; su frontera se extendía hasta Sarid; (Josué 19, 10)
Señor, cuando tú saliste de Seír, cuando avanzaste desde los campos de Edón, la tierra tembló, se turbó el cielo, las nubes se deshicieron en agua. (Jueces 5, 4)
Cuando subía la llama del altar hacia el cielo, el ángel del Señor subió en la misma llama a la vista de Manóaj y de su mujer, que cayeron rostro en tierra. (Jueces 13, 20)
al tercer día marcharon contra los de Benjamín y se pusieron en orden de batalla frente a Guibeá, como las otras veces. (Jueces 20, 30)
Pero entonces comenzó a levantarse de la ciudad la señal, una columna de humo; y Benjamín, volviendo los ojos atrás, se dio cuenta del incendio de la ciudad, que subía al cielo. (Jueces 20, 40)
El Señor aniquila a sus contrarios, el altísimo truena desde el cielo; el Señor juzga los confines de la tierra, dará fuerza a su rey y levantará la frente de su ungido". (I Samuel 2, 10)
La gente que no había muerto estaba afligida con tumores. El clamor de la ciudad llegaba hasta el cielo. (I Samuel 5, 12)
y le dijo: "Ven acá, que yo daré tus carnes a las aves del cielo y a las bestias del campo". (I Samuel 17, 44)
Hoy el Señor te entregará en mis manos, te mataré, te cortaré la cabeza y hoy mismo daré tu cadáver y los cadáveres de los ejércitos filisteos, a las aves del cielo y a las bestias del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel, (I Samuel 17, 46)
Al tercer día se notará más tu ausencia; entonces vendrás al lugar en el que te escondiste el otro día y te sentarás junto a la piedra que tú sabes. (I Samuel 20, 19)
Cuando David y sus hombres llegaron al tercer día a Sicelag, los amalecitas habían hecho una incursión contra el Negueb y contra Sicelag. Habían devastado Sicelag y le habían prendido fuego. (I Samuel 30, 1)