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  • Booz, con cuyos segadores has estado, es nuestro pariente. Mira, esta tarde él limpiará en su era. (Rut 3, 2)

  • Booz dijo al pariente: "Noemí ha vuelto del país de Moab y ha puesto en venta el campo de nuestro hermano Elimélec. (Rut 4, 3)

  • Nadie como el Señor es santo -fuera de ti no hay otros-, no hay roca como nuestro Dios. (I Samuel 2, 2)

  • Los de Asdod, al ver esto, se dijeron: "Que no continúe con nosotros el arca del Dios de Israel, porque es muy dura su mano sobre nosotros y sobre Dagón, nuestro Dios". (I Samuel 5, 7)

  • Entonces trasladaron el arca de Dios a Ecrón. Y cuando el arca de Dios llegó a Ecrón, los de Ecrón gritaban y decían: "Han traído aquí el arca del Dios de Israel para matarnos a nosotros y a nuestro pueblo". (I Samuel 5, 10)

  • Entonces convocaron a los jefes filisteos y les dijeron: "Llevaos de aquí el arca del Dios de Israel; que vuelva a su lugar, para que no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo". Pues había un pánico mortal en toda la ciudad, porque la mano de Dios había descargado allí duramente. (I Samuel 5, 11)

  • y dijeron a Samuel: "No dejes de rogar por nosotros al Señor, nuestro Dios, para que él nos salve de los filisteos". (I Samuel 7, 8)

  • y así seremos como todas las naciones; nuestro rey nos juzgará, marchará a nuestra cabeza y combatirá nuestros combates". (I Samuel 8, 20)

  • En cuanto a las palabras que hemos hablado tú y yo, Dios es nuestro testigo para siempre". (I Samuel 20, 23)

  • Uno de los jóvenes dio la noticia a Abigaíl, mujer de Nabal: "David ha enviado desde el desierto unos mensajeros para saludar a nuestro amo, y él los ha despreciado. (I Samuel 25, 14)

  • Noche y día han sido como un muro a nuestro alrededor durante todo el tiempo que hemos estado con ellos apacentando las ovejas. (I Samuel 25, 16)

  • Piensa y mira lo que debes hacer, porque está decidida la ruina de nuestro amo y de toda su casa; él es tan insensato que no se le puede hablar". (I Samuel 25, 17)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina