Gefunden 740 Ergebnisse für: nosotros

  • Los israelitas le contestaron: "Subiremos por el camino trillado y, si bebemos de tus aguas, nosotros o nuestros ganados, te daremos el precio de ellas. Es cosa de nada: simplemente pasar a pie". (Números 20, 19)

  • El pueblo fue a decir a Moisés: "Hemos pecado murmurando contra el Señor y contra ti. Pide al Señor que aleje de nosotros las serpientes". Moisés intercedió por el pueblo. (Números 21, 7)

  • Los jefes de Moab se levantaron, volvieron a Balac y le dijeron: "Balaán se ha negado a venir con nosotros". (Números 22, 14)

  • Traemos, pues, como ofrenda al Señor los objetos de oro, brazaletes, cadenas, anillos, pendientes y collares que cada uno ha encontrado, para hacer el rito de absolución sobre nosotros delante del Señor". (Números 31, 50)

  • Entonces se acercaron a Moisés y le dijeron: "Nosotros levantaremos aquí apriscos para nuestros ganados y ciudades para nuestras familias. (Números 32, 16)

  • Si ellas se casan con alguno de otras tribus de Israel, su heredad será sustraída de la heredad de nuestros padres para ir a aumentar la parte de la tribu a la que ellas van a pertenecer, mientras será reducida la parte que a nosotros ha caído en suerte. (Números 36, 3)

  • ¿Dónde vamos a ir? Nuestros hermanos nos han desanimado al decirnos: Son más numerosos y más fuertes que nosotros; las ciudades son grandes, y sus murallas llegan hasta el cielo. Hemos visto entre ellos incluso descendientes de Anac. (Deuteronomio 1, 28)

  • Desde Aroer, que está al borde del río Arnón, la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo para nosotros ciudad inexpugnable. El Señor, nuestro Dios, las puso todas en nuestras manos. (Deuteronomio 2, 36)

  • En efecto, ¿qué nación hay tan grande que tenga dioses tan cercanos a ella como lo está de nosotros el Señor, nuestro Dios, siempre que le invocamos? (Deuteronomio 4, 7)

  • El Señor, nuestro Dios, hizo con nosotros alianza en el Horeb. (Deuteronomio 5, 2)

  • No hizo el Señor esta alianza con nuestros padres; la hizo con nosotros, los mismos que todavía hoy vivimos aquí. (Deuteronomio 5, 3)

  • Porque de todo ser viviente, ¿quién hay como nosotros que haya oído la voz del Dios vivo hablar de en medio del fuego y haya quedado con vida? (Deuteronomio 5, 26)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina