Gefunden 193 Ergebnisse für: murió

  • Murió Baal Janán, hijo de Acbor, y le sucedió Hadar; su capital se llamaba Pau, y su mujer Mehetabel, hija de Matred, hijo de Mezahab. (Génesis 36, 39)

  • Fueron pasando los días, y la hija de Súa, la mujer de Judá, murió. Cuando terminó el duelo por ella, Judá subió con su amigo Jirá, el adulamita, al esquileo de su ganado a Timná. (Génesis 38, 12)

  • José murió a los ciento diez años, lo embalsamaron y lo pusieron en un sarcófago en Egipto. (Génesis 50, 26)

  • Murió José, así como sus hermanos y toda aquella generación. (Exodo 1, 6)

  • Entretanto, y después de mucho tiempo, murió el rey de Egipto. Los israelitas, que seguían gimiendo bajo la dura esclavitud, clamaron, y su clamor, provocado por la esclavitud, subió hasta Dios. (Exodo 2, 23)

  • Al día siguiente lo llevó a cabo: todo el ganado de los egipcios murió, pero el de los israelitas no murió ni uno siquiera. (Exodo 9, 6)

  • Los israelitas, toda la comunidad, llegaron al desierto de Sin el primer mes. El pueblo acampó en Cades. Allí murió María y allí fue sepultada. (Números 20, 1)

  • Moisés quitó los vestidos a Aarón y se los puso a su hijo Eleazar. Aarón murió allí, en la cima del monte. Moisés y Eleazar bajaron del monte. (Números 20, 28)

  • pues os han tratado como enemigos seduciéndoos con sus malas artes en el caso de Fegor y de Cozbí, hermana de los madianitas e hija de uno de sus jefes, la que murió el día del azote sobrevenido con ocasión de lo de Fegor". (Números 25, 18)

  • dijeron: "Nuestro padre murió en el desierto, pero no era del partido que se formó contra el Señor, de la facción de Coré. Murió por su propio pecado y sin dejar hijos varones. (Números 27, 3)

  • Aarón, sacerdote, subió a Hor de la Montaña por orden del Señor, y allí murió en el año cuarenta de la salida de los israelitas de Egipto, el día primero del quinto mes. (Números 33, 38)

  • Aarón tenía ciento veintitrés años cuando murió en la cima de Hor de la Montaña. (Números 33, 39)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina