Gefunden 86 Ergebnisse für: huesos

  • El Señor puso su mano sobre mí, me trasladó por medio de su espíritu y me dejó en medio de la vega, que estaba llena de huesos. (Ezequiel 37, 1)

  • Y me dijo: "Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?". Yo le respondí: "Señor Dios, tú lo sabes". (Ezequiel 37, 3)

  • Y me dijo: "Profetiza sobre estos huesos y diles: ¡Huesos resecos, escuchad la palabra del Señor! (Ezequiel 37, 4)

  • Esto dice el Señor Dios a estos huesos: Yo haré que entre de nuevo el espíritu en vosotros y reviviréis. (Ezequiel 37, 5)

  • Yo profeticé como me había ordenado, y mientras profetizaba se sintió un ruido; hubo un estremecimiento y los huesos se juntaron unos a otros. (Ezequiel 37, 7)

  • Profeticé como el Señor me había ordenado, y el espíritu entró en aquellos huesos, que se reanimaron y se pusieron en pie. Era una cantidad inmensa. (Ezequiel 37, 10)

  • Y me dijo: "Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos andan diciendo: ¡Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, estamos perdidos para siempre! (Ezequiel 37, 11)

  • Y cuando, al recorrer el país, encuentren huesos humanos, pondrán junto a ellos una señal hasta que los entierren los sepultureros en el valle de Hamón Gog. (Ezequiel 39, 15)

  • El rey ordenó que fueran traídos y arrojados al foso de los leones aquellos hombres que habían calumniado a Daniel, ellos, sus mujeres y sus hijos. Y aún no habían tocado el suelo del foso, cuando los leones se lanzaron sobre ellos y trituraron todos sus huesos. (Daniel 6, 25)

  • Esto dice el Señor: Por tres crímenes de Moab y por cuatro no le perdonaré; por haber quemado los huesos del rey de Edón hasta calcinarlos, (Amós 2, 1)

  • Pero vosotros odiáis el bien y amáis el mal, arrancáis la piel del cuerpo y la carne de los huesos. (Miqueas 3, 2)

  • Vosotros devoráis la carne de mi pueblo, desolláis su piel, quebrantáis sus huesos, le hacéis trozos como carne en la olla, como carne en una caldera. (Miqueas 3, 3)


“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina