Gefunden 724 Ergebnisse für: enemigos de los judíos

  • pero como se oponían los judíos, me vi obligado a apelar al césar, aunque sin intención de acusar en nada a mi pueblo. (Hechos 28, 19)

  • como se verá el día en que juzgue Dios los secretos del hombre, por medio de Jesucristo y según el evangelio que yo predico. Los judíos que violan la ley tienen mayor culpa. (Romanos 2, 16)

  • Entonces, ¿qué? ¿Tenemos alguna ventaja? Ninguna. Pues hemos probado antes que todos, tanto los judíos como los paganos, están bajo pecado, (Romanos 3, 9)

  • ¿O es que Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de los paganos? Sí, también de los paganos; (Romanos 3, 29)

  • Porque si, siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su Hijo, mucho más, una vez reconciliados, seremos salvados por su vida. (Romanos 5, 10)

  • a saber, nosotros, a los que él llamó, no sólo de entre los judíos, sino también de entre los paganos? (Romanos 9, 24)

  • En cuanto al evangelio, son tenidos como enemigos para vuestro bien; pero en cuanto a la elección, siguen siendo muy queridos de Dios en atención a sus antepasados; (Romanos 11, 28)

  • Os digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para demostrar que Dios es fiel y cumple las promesas hechas a los patriarcas, (Romanos 15, 8)

  • Lo han decidido voluntariamente, y han hecho muy bien; pues si los judíos creyentes han compartido sus bienes espirituales con los paganos, éstos deben compartir sus bienes materiales con ellos. (Romanos 15, 27)

  • Porque los judíos piden milagros, y los griegos buscan la sabiduría; (I Corintios 1, 22)

  • pero nosotros anunciamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, (I Corintios 1, 23)

  • pero poder y sabiduría de Dios para los llamados, judíos o griegos. (I Corintios 1, 24)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina