Gefunden 548 Ergebnisse für: deseo de muerte
Derrotó también a los moabitas, los hizo echarse a tierra y los midió con la cuerda. Condenó a muerte dos medidas de cuerda y dejó con vida una medida completa. Los moabitas quedaron sometidos a David y le pagaron tributo. (II Samuel 8, 2)
David se dijo: "Yo trataré con benevolencia a Janún, hijo de Najás, como su padre me trató a mí". David le envió una embajada de pésame por la muerte de su padre. Pero cuando los servidores de David llegaron a la tierra de Amón, (II Samuel 10, 2)
David montó en cólera contra aquel hombre y dijo a Natán: "Vive el Señor, que el que ha hecho tal cosa es digno de muerte, (II Samuel 12, 5)
Entretanto cesó la indignación del rey contra Absalón, porque ya se había consolado de la muerte de Amnón. (II Samuel 13, 39)
Y ahora todo el clan se levanta contra tu sierva y dice: Entréganos al que mató a su hermano y le daremos muerte por la vida de su hermano, a quien mató, y acabaremos al mismo tiempo con el heredero. Y quieren apagar así la chispa que me queda, para no dejar a mi marido ni nombre ni descendencia sobre la faz de la tierra". (II Samuel 14, 7)
Joab se postró rostro en tierra, y bendijo al rey, diciendo: "Hoy sé que cuento con tu favor, oh rey, mi señor, pues has cumplido el deseo de tu siervo". (II Samuel 14, 22)
Itay respondió al rey: "Vive el Señor y vive mi señor, el rey, que en el lugar donde esté mi señor, el rey, para la muerte o para la vida, allí estará tu siervo". (II Samuel 15, 21)
Porque toda la familia de mi padre es merecedora de la muerte por parte de mi señor, el rey; y, sin embargo, tú has admitido a tu siervo entre los que comen a tu mesa. ¿Qué derecho puedo tener yo para implorar todavía al rey?". (II Samuel 19, 29)
David entró en su palacio, en Jerusalén. Y el rey tomó a las diez concubinas que había dejado para guardar el palacio y las puso bajo su guardia. Él proveyó a su sustento, pero no volvió a tener relaciones con ellas, y estuvieron encerradas, como viudas, hasta el día de su muerte. (II Samuel 20, 3)
Las olas de la muerte me envolvían, los torrentes del averno me espantaban. (II Samuel 22, 5)
Los lazos del abismo me envolvían, ante mí las trampas de la muerte. (II Samuel 22, 6)
David expresó este deseo: "¡Quién me diera de beber agua del pozo que está a la puerta de Belén!". (II Samuel 23, 15)