Gefunden 83 Ergebnisse für: descendiente de Jesé

  • Jesé hizo pasar a Sammá, pero Samuel dijo: "Tampoco es éste el elegido del Señor". (I Samuel 16, 9)

  • Jesé hizo pasar a sus siete hijos ante Samuel. Y Samuel le dijo: "El Señor no ha elegido a ninguno de ellos". (I Samuel 16, 10)

  • Entonces Samuel preguntó a Jesé: "¿Están aquí todos tus muchachos?". Él contestó: "Falta el pequeño, que está guardando ovejas". Samuel le dijo: "Manda a buscarle, pues no nos sentaremos a la mesa hasta que haya venido". (I Samuel 16, 11)

  • Jesé mandó a buscarle. Era rubio, de buen aspecto y de buena presencia. Y el Señor dijo: "Levántate y úngele, porque es éste". (I Samuel 16, 12)

  • Uno de los jóvenes le dijo: "Yo conozco a un hijo de Jesé, el de Belén, que toca muy bien la cítara; es valiente y hombre de guerra, sabio en sus palabras, de buena presencia, y el Señor está con él". (I Samuel 16, 18)

  • Saúl envió mensajeros a decir a Jesé: "Mándame a tu hijo David, el que está con las ovejas". (I Samuel 16, 19)

  • Jesé tomó cinco panes, un odre de vino y un cabrito y se lo mandó a Saúl por medio de su hijo David. (I Samuel 16, 20)

  • Saúl mandó decir a Jesé: "Te suplico que David se quede a mi servicio, porque me agrada mucho". (I Samuel 16, 22)

  • David era el hijo de un efrateo de Belén de Judá, llamado Jesé, que tenía ocho hijos. Este hombre, en tiempos de Saúl, era ya viejo, muy entrado en años. (I Samuel 17, 12)

  • Los tres hijos mayores de Jesé habían marchado a la guerra con Saúl; el mayor se llamaba Eliab, el segundo Abinadab y el tercero Sammá. (I Samuel 17, 13)

  • Jesé dijo a su hijo David: "Toma unos cuarenta y cinco kilos de trigo tostado y estos diez panes para tus hermanos y llévaselos de prisa al campamento. (I Samuel 17, 17)

  • David se levantó de madrugada, dejó las ovejas al cuidado de un pastor, tomó su carga y partió, como se lo había mandado Jesé. Llegó al campamento cuando el ejército salía para tomar posiciones, lanzando gritos de guerra. (I Samuel 17, 20)


“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina