Gefunden 343 Ergebnisse für: decir

  • Los de Zif fueron a Guibeá a decir a Saúl: "¿Sabes que David está escondido en la colina de Jaquilá, frente al desierto?". (I Samuel 26, 1)

  • Abner gritó a Joab: "¿Devorará siempre la espada? ¿No sabes que el fin puede ser amargo? ¿A qué esperas para decir al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos?". (II Samuel 2, 26)

  • Todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a decir a David: "Mira, somos hueso de tus huesos y carne de tu carne. (II Samuel 5, 1)

  • La mujer quedó encinta y mandó decir a David: "Estoy encinta". (II Samuel 11, 5)

  • David mandó a decir a Tamar: "Vete, por favor, a casa de tu hermano Amnón y prepárale algo de comer". (II Samuel 13, 7)

  • Te presentas al rey y le dices esto". Y Joab le indicó lo que ella tenía que decir. (II Samuel 14, 3)

  • Absalón le respondió: "Te he mandado a decir que vinieses para enviarte al rey con este mensaje: ¿Para qué he venido de Guesur? Me hubiera sido mejor estar todavía allí. Quiero ver al rey; y, si tengo culpa, que me mate". (II Samuel 14, 32)

  • Ajimás, hijo de Sadoc, volvió a decir a Joab: "Ocurra lo que ocurra, déjame que corra también yo tras el cusita". Joab le dijo: "¿Por qué quieres correr, hijo mío? No encontrarás recompensa alguna". (II Samuel 18, 22)

  • Esto que se decía en todo Israel llegó a oídos del rey. Entonces David mandó decir a los sacerdotes Sadoc y Abiatar: "Decid a los ancianos de Judá: ¿Por qué sois vosotros los últimos en hacer que el rey vuelva a su palacio? (II Samuel 19, 12)

  • Entonces se unieron todos los de Judá como un solo hombre y enviaron a decir al rey: "Vuelve tú y todos tus servidores". (II Samuel 19, 15)

  • Todos los israelitas fueron a decir al rey: "¿Por qué te han acaparado nuestros hermanos de Judá, para hacer pasar el Jordán al rey, a su familia y a todos sus hombres?". (II Samuel 19, 42)

  • Ella dijo: "En otro tiempo había la costumbre de decir: Para consultar, que se consulte en Abel y en Dan; y todo se arreglaba así. (II Samuel 20, 18)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina