Gefunden 156 Ergebnisse für: cuidado del prójimo

  • Tendréis cuidado del santuario y del altar, para que no se encienda ya más la cólera contra los israelitas. (Números 18, 5)

  • Da esta orden al pueblo: Vais a pasar a través del territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seír. Os tendrán miedo; pero tened cuidado; (Deuteronomio 2, 4)

  • "¡Tened cuidado! El día que os habló el Señor desde el fuego en el Horeb no visteis figura alguna; (Deuteronomio 4, 15)

  • donde pudiera encontrar refugio el homicida que hubiera matado involuntariamente a su prójimo sin haber existido enemistad previa entre ellos; refugiándose en una de estas ciudades, podrá salvar su vida: (Deuteronomio 4, 42)

  • No pronunciarás falso testimonio contra tu prójimo. (Deuteronomio 5, 20)

  • No desearás a la mujer de tu prójimo, ni tampoco sus cosas: casas, campo, siervo o sierva, buey o asno, ni nada de cuanto a tu prójimo pertenece". (Deuteronomio 5, 21)

  • Guardad con gran cuidado los mandamientos del Señor, vuestro Dios, los preceptos y las leyes que él os da. (Deuteronomio 6, 17)

  • Guardad con cuidado y poned en práctica todos los mandamientos que hoy os prescribo para que viváis, os multipliquéis y entréis a poseer la tierra que el Señor juró a vuestros padres. (Deuteronomio 8, 1)

  • Esta tierra depende del cuidado del Señor; sobre ella tiene fijos sus ojos el Señor desde el comienzo del año hasta el final. (Deuteronomio 11, 12)

  • Tened cuidado que no sea seducido vuestro corazón, y prevaricando sirváis a otros dioses rindiéndoles adoración, (Deuteronomio 11, 16)

  • Ten solamente buen cuidado de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no debes comer la vida con la carne. (Deuteronomio 12, 23)

  • Este perdón consistirá en lo siguiente: todo acreedor perdonará a su prójimo todo lo que le haya prestado; no lo exigirá ya más de su prójimo, es decir, de su hermano, una vez proclamado el perdón del Señor. (Deuteronomio 15, 2)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina