Gefunden 122 Ergebnisse für: Llegado

  • En tanto que el Señor tiene paciencia con las otras gentes para darles el castigo cuando han llegado a la plenitud de la maldad, quiere conducirse con nosotros de una manera muy diversa. (II Macabeos 6, 14)

  • No espera a castigarnos cuando hemos llegado al colmo de nuestros pecados; no hace así con nosotros. (II Macabeos 6, 15)

  • Llegado el momento, se lanzaron como leones sobre el enemigo; mataron a once mil soldados de infantería, a mil seiscientos de caballería, y pusieron en fuga a todos los demás. (II Macabeos 11, 11)

  • Un tal Alcimo, que había llegado a ser sumo sacerdote, pero que en los días de la confusión se había contaminado voluntariamente, creyendo que no habría para él otra forma de salvación y de acercarse de nuevo al altar, (II Macabeos 14, 3)

  • Nicanor, llegado al colmo de su orgullo, se había propuesto levantar un monumento a la victoria sobre Judas y los suyos. (II Macabeos 15, 6)

  • Han nacido las flores en la tierra, ha llegado el tiempo de la poda; ya la voz de la tórtola se siente en nuestra tierra. (Cantar 2, 12)

  • Llegado a la perfección en poco tiempo, llenó una larga vida. (Sabiduría 4, 13)

  • Porque el que te oiga se pondrá en guardia y, llegado el momento, te odiará. (Eclesiástico 19, 9)

  • Yo he llegado el último de todos, como un rebuscador detrás de los rebuscadores. (Eclesiástico 33, 16)

  • Sus jefes han ido a Soán, y sus embajadores han llegado a Hanés. (Isaías 30, 4)

  • Por medio de tus esbirros has insultado al Señor, has dicho: Con mis innumerables carros he subido a la cima de los montes, hasta las cumbres últimas del Líbano; he talado sus altísimos cedros y sus más imponentes cipreses; he llegado hasta sus últimos rincones, hasta la espesura de su bosque. (Isaías 37, 24)

  • Por haberte envalentonado contra mí, pues tu insolencia y tu furor contra mí han llegado a mis oídos, voy a poner mi anillo en tu nariz y mi freno en tus labios, para hacerte volver por el camino por donde has venido. (Isaías 37, 29)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina