Gefunden 249 Ergebnisse für: Libro de Esdras

  • El resto de la historia de Joás, todo lo que hizo y su valor cuando luchó contra Amasías, rey de Judá, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 13, 12)

  • Pero no mató a los hijos de los asesinos, conforme a lo escrito en el libro de la ley de Moisés: "Los padres no morirán por la culpa de los hijos, ni los hijos por culpa de los padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado". (II Reyes 14, 6)

  • El resto de la historia de Joás, lo que hizo y su valor cuando luchó contra Amasías, rey de Judá, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 14, 15)

  • El resto de la historia de Amasías está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 14, 18)

  • El resto de la historia de Jeroboán, todo lo que hizo, el valor con que luchó contra Damasco y restituyó Jamat a Israel, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 14, 28)

  • El resto de la historia de Azarías y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 15, 6)

  • El resto de la historia de Zacarías está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 11)

  • El resto de la historia de Salún y la conjura que tramó está todo ello escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 15)

  • El resto de la historia de Menajén y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 21)

  • El resto de la historia de Pecajías y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 26)

  • El resto de la historia de Pécaj y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. (II Reyes 15, 31)

  • El resto de la historia de Jotán y todo lo que hizo está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 15, 36)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina