Gefunden 50 Ergebnisse für: Lepra

  • El Señor prosiguió: "Mete tu mano en el pecho". Él la metió y, cuando la sacó, estaba cubierta de lepra, color de nieve. (Exodo 4, 6)

  • "Cuando alguno tenga sobre la piel una inflamación, una pústula o una mancha reluciente, síntoma de lepra, será llevado al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos sacerdotes. (Levítico 13, 2)

  • El sacerdote examinará la llaga de la piel: si los pelos de la parte afectada se han vuelto blancos y la llaga es más profunda que el resto de la piel, es llaga de lepra. Una vez examinado, el sacerdote lo declarará impuro. (Levítico 13, 3)

  • lo examinará, y, una vez que haya constatado el crecimiento de la pústula, lo declarará impuro, pues se trata de lepra. (Levítico 13, 8)

  • Si uno tiene llagas de lepra, será llevado al sacerdote. (Levítico 13, 9)

  • se trata de lepra crónica en la piel. El sacerdote lo declarará impuro sin necesidad de aislarlo, porque sin duda alguna es impuro. (Levítico 13, 11)

  • Si la lepra se propaga por la piel y la recubre entera, de la cabeza a los pies, todo cuanto aparece a la vista del sacerdote, (Levítico 13, 12)

  • éste examinará al enfermo, y si ve que la lepra cubre todo su cuerpo, lo declarará puro, pues, una vez que se ha vuelto todo blanco, es puro. (Levítico 13, 13)

  • El sacerdote examinará la llaga y lo declarará impuro, pues la llaga es cosa impura: es lepra. (Levítico 13, 15)

  • El sacerdote lo examinará: si la mancha está más hundida que la piel y el pelo se ha vuelto blanco, lo declarará impuro: es lepra que brota en la úlcera cicatrizada. (Levítico 13, 20)

  • Si la mancha sigue extendiéndose por la piel, lo declarará impuro: es lepra. (Levítico 13, 22)

  • el sacerdote la examinará; si ve el pelo blanco y la piel hundida, es lepra que brota en la quemadura. El sacerdote lo declarará impuro, pues es lepra. (Levítico 13, 25)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina