Gefunden 1126 Ergebnisse für: Jesús Cristo

  • Yo pido a Dios que esta fe, que nos es común, se muestre activa y dé a conocer todo el bien que se realiza en nosotros por Cristo. (Filemon 1, 6)

  • Por lo cual, aunque tengo plena libertad en Cristo para ordenarte lo que debes hacer, (Filemon 1, 8)

  • prefiero apelar a tu amor. Yo, Pablo, viejo ya y ahora, además, preso por Cristo Jesús, (Filemon 1, 9)

  • Hermano, como cristiano que eres, hazme este favor; dame este consuelo en Cristo. (Filemon 1, 20)

  • Te saluda Epafras, mi compañero de prisión por Cristo Jesús; (Filemon 1, 23)

  • Pero al que fue rebajado un poco con relación a los ángeles, Jesús, le vemos coronado de gloria y dignidad por haber sufrido la muerte; de modo que, por la gracia de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos. (Hebreos 2, 9)

  • Por eso, hermanos, miembros del pueblo de Dios, partícipes de una vocación celeste, considerad al apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos, a Jesús, (Hebreos 3, 1)

  • Cristo, por el contrario, lo ha sido en calidad de Hijo, al frente de su casa. Y su casa somos nosotros, con tal que permanezcamos inquebrantables hasta el fin, confesando valientemente nuestra fe y confiados en la esperanza que tenemos. (Hebreos 3, 6)

  • Porque hemos llegado a ser partícipes de Cristo, si seguimos manteniendo inquebrantable hasta el fin nuestra fe inicial. (Hebreos 3, 14)

  • Puesto que tenemos un sumo sacerdote extraordinario, que ha penetrado en los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, permanezcamos firmes en la fe que profesamos. (Hebreos 4, 14)

  • Así también Cristo no se atribuyó la gloria de constituirse sumo sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. (Hebreos 5, 5)

  • Por eso, dejando aparte la doctrina elemental sobre Cristo, elevémonos a la doctrina perfecta, sin volver a echar los cimientos del arrepentimiento de las obras muertas y de la fe en Dios, (Hebreos 6, 1)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina