Gefunden 1576 Ergebnisse für: Guerra contra Amalec

  • Cuando un enemigo os ataque en vuestro propio terreno y tengáis que salir a la guerra, las trompetas darán toques vibrantes: el Señor se acordará de vosotros y os veréis libres de vuestros enemigos. (Números 10, 9)

  • El pueblo se quejó al Señor de sus desgracias. El Señor lo oyó, montó en cólera y mandó contra ellos un fuego, que devoró uno de los flancos del campamento. (Números 11, 1)

  • Llamaron a aquel lugar Taberá, porque allí se había encendido contra ellos el fuego del Señor. (Números 11, 3)

  • Todavía tenían la carne entre los dientes, sin haberla aún acabado, cuando el Señor montó en cólera contra el pueblo y lo hirió con una gran plaga. (Números 11, 33)

  • María y Aarón murmuraban contra Moisés por la mujer cusita que había tomado por esposa. (Números 12, 1)

  • Yo le hablo cara a cara y a las claras, no en enigmas, y él contempla la figura del Señor. ¿Por qué os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?". (Números 12, 8)

  • Dios montó en cólera contra ellos, y se fue. (Números 12, 9)

  • Pero los que habían subido con él decían: "No podemos subir contra ese pueblo, pues es más fuerte que nosotros". (Números 13, 31)

  • y todos los israelitas murmuraban contra Moisés y Aarón. La comunidad entera decía: "¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto! ¿Por qué no moriremos en este desierto? (Números 14, 2)

  • ¿Por qué nos lleva el Señor a esa tierra a morir bajo la espada y entregar nuestras mujeres y nuestros hijos como botín de guerra? ¿No sería mejor volver a Egipto?". (Números 14, 3)

  • No os rebeléis contra el Señor ni tengáis miedo de la gente de esa tierra, pues nos los comeremos como un bocado de pan. Ellos se han quedado sin defensa, y con nosotros está el Señor; no les tengáis miedo". (Números 14, 9)

  • "¿Hasta cuándo habré de soportar a esta comunidad perversa que murmura contra mí? He oído las murmuraciones de los israelitas contra mí. (Números 14, 27)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina