Gefunden 61 Ergebnisse für: Damasco

  • Bajó a la llanura de Damasco durante la siega e incendió sus campos, dispersó sus ovejas y sus bueyes, saqueó sus ciudades, devastó sus campiñas y pasó al filo de la espada a todos los jóvenes. (Judit 2, 27)

  • Cuando los israelitas lo supieron, cayeron sobre ellos, los derrotaron y los persiguieron hasta Joba. Acudieron también los de Jerusalén y los de la región montañosa, pues ya sabían lo sucedido en el campamento de sus enemigos. Los de Galaad y los de Galilea les propinaron una gran derrota hasta más allá de Damasco y su región. (Judit 15, 5)

  • Los de Gaza se rindieron, y Jonatán hizo con ellos un tratado de paz; pero tomó como rehenes a los hijos de los jefes y los mandó a Jerusalén. Él continuó el recorrido por la región, y llegó hasta Damasco. (I Macabeos 11, 62)

  • Levantó el campamento y llegó a Damasco después de recorrer toda la provincia. (I Macabeos 12, 32)

  • Tu cuello, una torre de marfil. Tus ojos, como las piscinas de Jesbón junto a las puertas de Bat-Rabín. Tu nariz, como la torre del Líbano, vigía que mira hacia Damasco. (Cantar 7, 5)

  • Capital de Siria es Damasco, y cabeza de Damasco, Rasín. (Isaías 7, 8)

  • porque antes que el niño sepa decir papá y mamá, la riqueza de Damasco y el botín de Samaría serán llevados ante el rey de Asiria". (Isaías 8, 4)

  • ¿No es Calne como Cárquemis, Jamat igual que Arpad y Samaría como Damasco? (Isaías 10, 9)

  • Oráculo contra Damasco: Mirad, Damasco dejará de ser ciudad, se trocará en montón de ruinas. (Isaías 17, 1)

  • Desaparecerán los fortines de Efraín, el reino de Damasco; y el residuo de Siria quedará como la gloria de los israelitas -oráculo del Señor omnipotente-. (Isaías 17, 3)

  • Sobre Damasco. Jamat y Arpad están avergonzadas, han recibido una mala noticia; están agitadas por el mar, turbadas sin poder sosegarse. (Jeremías 49, 23)

  • Damasco, amedrentado, se dispone a escapar, el terror lo invade; es presa de angustia y de dolores como mujer en parto. (Jeremías 49, 24)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina