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  • Decía con voz potente: "Reverenciad a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio; adorad a aquel que ha hecho el cielo y la tierra, el mar y las fuentes del agua". (Apocalipsis 14, 7)

  • Y lo siguió un segundo ángel, que gritaba: "Ha caído, ha caído Babilonia la grande, la que ha abrevado a todos los pueblos con el vino de su ardiente lujuria". (Apocalipsis 14, 8)

  • Los siguió un tercer ángel, gritando con voz potente: "Si alguno adora a la bestia o a su estatua y recibe su marca en la frente o en la mano, (Apocalipsis 14, 9)

  • Después vi una nube blanca, y sobre la nube sentado como un hijo del hombre, con una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en su mano. (Apocalipsis 14, 14)

  • Salió otro ángel del templo, gritando con voz potente al que estaba sentado sobre la nube: "Echa tu hoz y siega, porque ha llegado la hora de la siega, pues está seca la mies de la tierra". (Apocalipsis 14, 15)

  • Salió todavía del altar otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, y gritó con voz potente al que tenía la hoz afilada: "Echa tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, pues la uva está madura". (Apocalipsis 14, 18)

  • Vi en el cielo otra señal grande y maravillosa: siete ángeles, que tenían en las manos las siete últimas plagas, porque con ellos se termina la ira de Dios. (Apocalipsis 15, 1)

  • Vi como un mar de cristal, mezclado con fuego, y los que habían vencido a la bestia, a su estatua y a la cifra de su nombre estaban de pie sobre el mar de cristal con las cítaras de Dios. (Apocalipsis 15, 2)

  • y los siete ángeles que tenían las siete plagas salieron del templo vestidos de lino puro y brillante y ceñidos con cinturones de oro. (Apocalipsis 15, 6)

  • El templo se llenó del humo que salía de la gloria de Dios y de su poder. Nadie podía entrar en el templo hasta la consumación de las siete plagas de los siete ángeles. (Apocalipsis 15, 8)

  • El cuarto vertió su copa sobre el sol, al que le dieron poder para quemar a los hombres con el fuego. (Apocalipsis 16, 8)

  • Los hombres fueron quemados con terribles quemaduras, y blasfemaron contra el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, en vez de arrepentirse para darle gloria. (Apocalipsis 16, 9)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina