Gefunden 25 Ergebnisse für: Asia

  • No sólo hay peligro de que nuestra industria se desacredite, sino también de que sea tenido en nada el templo de la gran Diana y de que sea despojada de la majestad aquella a quien venera toda Asia y el orbe entero". (Hechos 19, 27)

  • Algunas autoridades de Asia, amigos suyos, le mandaron también recado, rogándole que no se presentase en el teatro. (Hechos 19, 31)

  • Pablo había resuelto pasar de largo por Éfeso para no perder tiempo en Asia, pues tenía prisa por encontrarse en Jerusalén el día de pentecostés, si era posible. (Hechos 20, 16)

  • Cuando llegaron, les dijo: "Vosotros sabéis cómo me he portado con vosotros todo el tiempo desde el primer día que entré en Asia, (Hechos 20, 18)

  • Cuando iban ya a cumplirse los siete días, los judíos de Asia, al verlo en el templo, alborotaron a la gente y le echaron mano, (Hechos 21, 27)

  • Me encontraron en el templo porque participé en el rito de purificación con unos judíos de Asia, pero sin promover motín o desorden alguno. (Hechos 24, 18)

  • Subimos a un barco de Adrumeto, que tenía que dirigirse a las costas de Asia. Partimos en compañía de Aristarco, macedonio de Tesalónica. (Hechos 27, 2)

  • Saludad también a la comunidad que se reúne en su casa. Saludad a mi querido Epéneto, que es el primer creyente cristiano de Asia. (Romanos 16, 5)

  • Os saludan las iglesias de Asia. Os mandan muchos saludos Áquila y Prisca, con la iglesia que se reúne en su casa. (I Corintios 16, 19)

  • Hermanos, no queremos que ignoréis las grandes dificultades que encontramos en Asia. Fue tan dura la prueba y tan por encima de nuestras fuerzas, que perdimos toda esperanza de seguir viviendo. (II Corintios 1, 8)

  • Sabes que me han abandonado todos los de Asia, entre ellos Figelo y Hermógenes. (II Timoteo 1, 15)

  • Pedro apóstol de Jesucristo a los emigrantes esparcidos por el Ponto Galacia Capadocia Asia y Bitinia (I Pedro 1, 1)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina