Gefunden 90 Ergebnisse für: salvó

  • Pues mientras viva sobre el suelo el hijo de Jesé, no estarás a salvo ni tú ni tu realeza; así que manda a buscarlo y tráemelo, porque es reo de muerte.» (I Samuel 20, 31)

  • Salvó David todo lo que los amalecitas habían capturado. También rescató David a sus dos mujeres. (I Samuel 30, 18)

  • y haré que vuelva a ti todo el pueblo, como la novia viene a su esposo; solamente buscas la muerte de un hombre y todo el pueblo quedará a salvo.» (II Samuel 17, 3)

  • Y todo el pueblo discutía en todas las tribus de Israel diciendo: «El rey nos libró de nuestros enemigos y nos salvó de manos de los filisteos y ahora ha tenido que huir del país, lejos de Absalón. (II Samuel 19, 10)

  • David dijo a Yahveh las palabras de este cántico el día que le salvó Yahveh de la mano de todos sus enemigos y de la mano de Saúl. (II Samuel 22, 1)

  • Invoco a Yahveh que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos. (II Samuel 22, 4)

  • porque David había hecho lo que era recto a los ojos de Yahveh y no se había apartado de cuanto le ordenó en todos los días de su vida, salvo en el caso de Urías el hitita. (I Reyes 15, 5)

  • No había decidido Yahveh borrar el nombre de Israel de debajo de los cielos y lo salvó por mano de Jeroboam, hijo de Joás. (II Reyes 14, 27)

  • Y sucedió que estando él postrado en el templo de su dios Nisrok, sus hijos Adrammélek y Saréser le mataron a espada y se pusieron a salvo en el país de Ararat. Su hijo Asarjaddón reinó en su lugar. (II Reyes 19, 37)

  • Hizo lo recto a los ojos de Yahveh, enteramente como lo hizo su padre Ozías, salvo que no penetró en el Templo de Yahveh. El pueblo, sin embargo, seguía corrompiéndose. (II Crónicas 27, 2)

  • Y oyó Yahveh a Ezequías y dejó salvo al pueblo. (II Crónicas 30, 20)

  • Así salvó Yahveh a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de la mano de Senaquerib, rey de Asiria, y de la mano de todos sus enemigos, y les dio paz por todos lados. (II Crónicas 32, 22)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina