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  • De los sacerdotes: Yedaías, Yehoyarib, Yakín, (I Crónicas 9, 10)

  • Los que hacían la mezcla para los aromas eran sacerdotes. (I Crónicas 9, 30)

  • dijo a toda la asamblea de Israel: «Si os parece bien y la cosa viene de Yahveh, nuestro Dios, vamos a mandar un mensaje a nuestros hermanos que han quedado a todas las regiones de Israel y, además, a los sacerdotes y levitas en sus ciudades y ejidos, para que se reúnan con nosotros; (I Crónicas 13, 2)

  • También llamó David a los sacerdotes Sadoq y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaáis, Eliel y Amminadab, (I Crónicas 15, 11)

  • Se santificaron, pues, los sacerdotes y los levitas, para subir el arca de Yahveh, Dios de Israel. (I Crónicas 15, 14)

  • Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benaías y Eliezer, sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de Dios. Obededom y Yejiyías eran porteros del arca. (I Crónicas 15, 24)

  • Los sacerdotes Benaáis y Yajaziel tocaban sin interrupción las trompetas delante del arca de la alianza de Dios. (I Crónicas 16, 6)

  • y el sacerdote Sadoq y a sus hermanos, los sacerdotes, delante de la Morada de Yahveh, en el alto de Gabaón, (I Crónicas 16, 39)

  • Sadoq, hijo de Ajitub, y Ajimélek, hijo de Abiatar, eran sacerdotes; Savsá era secretario; (I Crónicas 18, 16)

  • Reunió a todos los jefes de Israel, a los sacerdotes y a los levitas, (I Crónicas 23, 2)

  • asimismo respecto de las clases de los sacerdotes y de los levitas y del ejercicio del servicio de la Casa de Yahveh, como también de todos los utensilios del servicio de la Casa de Yahveh. (I Crónicas 28, 13)

  • Ahí tienes las clases de los sacerdotes y de los levitas para todo el servicio de la Casa de Dios; estarán a tu lado para cada clase de obra, todos los hombres de buena voluntad y hábiles para cualquier clase de servicio; y los jefes del pueblo entero están a tus órdenes.» (I Crónicas 28, 21)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina