Gefunden 19 Ergebnisse für: prohibición de alimentos

  • Barzillay era muy ancinao; tenía ochenta años. Había proporcionado alimentos al rey durante su estancia en Majanáyim, porque era un hombre muy rico. (II Samuel 19, 33)

  • Repartió hábilmente a todos sus hijos por toda la tierra de Judá y de Benjamín, en todas las ciudades fortificadas, les dio alimentos en abundancia y les buscó mujeres. (II Crónicas 11, 23)

  • para el pan que se presenta, para la oblación perpetua y el holocausto perpetuo, para los sacrificios de los sábados, de los novilunios, de las solemnidades, para los alimentos sagrados, para los sacrificios por el pecado como expiación por Israel y para toda la obra de la Casa de nuestro Dios; (Nehemías 10, 34)

  • Bajaron después a Egipto, porque el hambre se extendió sobre la superficie de la tierra de Canaán, y permanecieron allí mientras tuvieron alimentos. Allí se hicieron muy numerosos, de modo que no se podía contar a los de su raza. (Judit 5, 10)

  • después de escupir todo, que es como deben proceder los que tienen valentía rechazar los alimentos que no es lícito probar ni por amor a la vida. (II Macabeos 6, 20)

  • para que los judíos se sirvan de sus propios alimentos y leyes como antes, y ninguno de ellos sea molestado en modo alguno a causa de faltas cometidas por ignorancia. (II Macabeos 11, 31)

  • Manjares derramados sobre boca cerrada, eso son las ofrendas de alimentos puestas sobre una tumba. (Eclesiástico 30, 18)

  • Todo alimento traga el vientre, pero unos alimentos son mejores que otros. (Eclesiástico 36, 18)

  • Todos los ministros del reino, prefectos, sátrapas, consejeros y gobernadores, aconsejan unánimemente que se promulgue un edicto real para poner en vigor la prohibición siguiente: Todo aquel que en el término de treinta días dirija una oración a quienquiera que sea, dios u hombre, fuera de ti, oh rey, será arrojado al foso de los leones. (Daniel 6, 8)

  • Ahora pues, oh rey, da fuerza de ley a esta prohibición firmando el edicto, de suerte que no se cambie nada, con arreglo a la ley de los medos y persas, que es irrevocable.» (Daniel 6, 9)

  • Ante esto, el rey Darío firmó el edicto de prohibición. (Daniel 6, 10)

  • Entonces se presentaron al rey y le dijeron acerca de la prohibición real: «¿No has firmado tú una prohibición según la cual todo el que dirigiera, en el término de treinta días, una oración a quienquiera que fuese, dios u hombre, fuera de ti, oh rey, sería arrojado al foso de los leones?» Respondió el rey: «La cosa está decidida, según la ley de los medos y los persas, que es irrevocable.» (Daniel 6, 13)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina