Gefunden 22 Ergebnisse für: irritó
mas no miró propicio a Caín y su oblación, por lo cual se irritó Caín en gran manera y se abatió su rostro. (Génesis 4, 5)
Pero no obedecieron a Moisés, y algunos guardaron algo para el día siguiente; pero se llenó de gusanos y se pudrió; y Moisés se irritó contra ellos. (Exodo 16, 20)
Moisés oyó llorar al pueblo, cada uno en su familia, a la puerta de su tienda. Se irritó mucho la ira de Yahveh. A Moisés le pareció mal, (Números 11, 10)
Por culpa vuestra Yahveh se irritó también contra mí y me dijo: «Tampoco tú entrarás allí. (Deuteronomio 1, 37)
Pero, por culpa vuestra, Yahveh se irritó contra mí y no me escuchó; antes bien me dijo: «¡Basta ya! No sigas hablándome de esto. (Deuteronomio 3, 26)
Por culpa vuestra Yahveh se irritó contra mí y juró que yo no pasaría el Jordán ni entraría en la tierra buena que Yahveh tu Dios te da en herencia. (Deuteronomio 4, 21)
Invadió a Saúl el espíritu de Dios en oyendo estas palabras, y se irritó sobremanera. (I Samuel 11, 6)
Abner se irritó mucho por las palabras de Isbaal y respondió: «¿Soy yo una cabeza de perro? Hasta hoy he favorecido a la casa de tu padre Saúl, a sus hermanos y sus amigos, para que no cayeras en manos de David, ¿y hoy me llamas la atención por una falta con esta mujer? (II Samuel 3, 8)
David se irritó porque Yahveh había castigado a Uzzá y se llamó aquel lugar Peres Uzzá hasta el día de hoy. (II Samuel 6, 8)
Partió el mensajero y en llegando comunicó a David todo lo que le había mandado Joab. David se irritó contra Joab y dijo al mensajero: «¿Por qué os habéis acercado a la muralla para luchar? ¿Quién mató a Abimélek, el hijo de Yerubbaal? ¿No arrojó una mujer sobre él una piedra de molino desde lo alto de la muralla y murió él en Tebés? ¿Por qué os habéis acercado a la muralla?» (II Samuel 11, 22)
Cuando el rey David supo todas estas cosas se irritó en extremo, pero no quiso castigar a su hijo Amnón, al que amaba porque era su primogénito. (II Samuel 13, 21)
Se irritó Naamán y se marchaba diciendo: «Yo que había dicho: ¡Seguramente saldrá, se detendrá, invocará el nombre de Yahveh su Dios, frotará con su mano mi parte enferma y sanaré de la lepra! (II Reyes 5, 11)