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  • Grande será la gloria de esta Casa, la de la segunda mayor que la de la primera, dice Yahveh Sebaot, y en este lugar daré yo paz, oráculo de Yahveh Sebaot. (Ageo 2, 9)

  • Aquel día será grande la lamentación en Jerusalén, como la lamentación de Hadad Rimmón en la llanura de Meguiddó. (Zacarías 12, 11)

  • Vuestros ojos lo verán y vosotros diréis: «¡Grande es Yahveh más allá del término de Israel!» (Malaquías 1, 5)

  • Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de incienso y una oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice Yahveh Sebaot. (Malaquías 1, 11)

  • He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible. (Malaquías 3, 23)

  • Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros. (Mateo 5, 12)

  • Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. (Mateo 5, 19)

  • cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.» (Mateo 7, 27)

  • Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. (Mateo 8, 10)

  • De pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba tapada por las olas; pero él estaba dormido. (Mateo 8, 24)

  • Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija. (Mateo 15, 28)

  • Le dicen los discípulos: «¿Cómo hacernos en un desierto con pan suficiente para saciar a una multitud tan grande?» (Mateo 15, 33)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina