Gefunden 410 Ergebnisse für: estaban

  • Las cuatro ruedas estaban bajo los paneles, y los ejes de las ruedas estaban en la basa; la altura de cada rueda era de codo y medio. (I Reyes 7, 32)

  • dos columnas, las molduras de los capiteles que estaban sobre la cima de las dos columnas, los dos trenzados para recubrir las dos molduras de los capiteles que estaban en la cima de las columnas; (I Reyes 7, 41)

  • Estos eran los capataces de los prefectos que estaban al frente de las obras de Salomón; 550 que mandaban a la gente que trabajaba en las obras. (I Reyes 9, 23)

  • Por aquel tiempo salió Jeroboam de Jerusalén, y el profeta Ajías de Silo le encontró en el camino. Iba éste cubierto con un manto nuevo y estaban los dos solos en el campo. (I Reyes 11, 29)

  • Pero él abandonó el consejo que los ancianos le aconsejaron y pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y estaban a su servicio. (I Reyes 12, 8)

  • Basá, hijo de Ajías, de la casa de Isacar, conspiró contra él y le mató en Guibbetón de los filisteos, cuando Nadab y todo Israel estaban asediando a Guibbetón. (I Reyes 15, 27)

  • El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos de gala, en la era que hay a la entrada de la puerta de Samaría, mientras que todos los profetas estaban en trance delante de ellos. (I Reyes 22, 10)

  • Habiéndole visto la comunidad de los profetas que estaban enfrente, dijeron: «El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo.» Fueron a su encuentro, se postraron ante él en tierra, (II Reyes 2, 15)

  • Lo sirvieron después para que comieran los hombres y, cuando estaban comiendo, comenzaron a gritar diciendo: « ¡La muerte en la olla, hombre de Dios!» Y no pudieron comer. (II Reyes 4, 40)

  • Cuando entraron en Samaría, Eliseo dijo: «Yahveh, abre sus ojos para que vean.» Abrió Yahveh sus ojos y vieron que estaban dentro de Samaría. (II Reyes 6, 20)

  • Estaba Eliseo sentado en su casa y los ancianos estaban sentados con él. El rey envió un hombre por delante, pero antes que llegara el mensajero a donde él, dijo él a los ancianos: «Habéis visto que este hijo de asesino ha mandado cortar mi cabeza. Mirad, cuando llegue el mensajero, cerrad la puerta y rechazadle con ella. ¿Acaso no se oye tras de él el ruido de los pasos de su señor?» (II Reyes 6, 32)

  • Cuatro hombres que estaban leprosos se hallaban a la entrada de la puerta y se dijeron uno a otro: «¿Por qué estarnos aquí hasta morir? (II Reyes 7, 3)


"Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina