Gefunden 181 Ergebnisse für: enviado

  • y le dijeron: «¿Sabes que Baalís, rey de los ammonitas, ha enviado a Ismael, hijo de Netanías, para asesinarte?» Godolías, hijo de Ajicam, no les dio crédito. (Jeremías 40, 14)

  • y les dijo: «Así dice Yahveh, el Dios de Israel, a quien me habéis enviado en demanda de su favor: (Jeremías 42, 9)

  • que os estáis engañando a vosotros mismos, pues que vosotros me habéis enviado a vuestro Dios Yahveh diciendo: "Ruega por nosotros a nuestro Dios Yahveh, y cuanto diga nuestro Dios Yahveh nos lo declaras, que lo haremos." (Jeremías 42, 20)

  • Yo os lo he declarado hoy, pero no hacéis caso de vuestro Dios Yahveh en nada de cuanto me ha enviado a deciros. (Jeremías 42, 21)

  • Una nueva he oído de parte de Yahveh, un mensajero entre las naciones enviado: «Juntaos y venid contra él y poneos en pie de guerra.» (Jeremías 49, 14)

  • Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor Dios nuestro de acuerdo con todas las palabras de los profetas que nos ha enviado, (Baruc 1, 21)

  • Pues vio ella caer sobre vosotros la ira que viene de Dios, y dijo: Escuchad, vecinas de Sión: Dios me ha enviado un gran dolor: (Baruc 4, 9)

  • las nubes, cuando reciben de Dios la orden de recorrer toda la tierra, la ejecutan al punto; y el fuego, enviado de lo alto a consumir montes y bosques, hace lo que se le ha ordenado. (Baruc 6, 61)

  • Pues no eres enviado a un pueblo de habla oscura y de lengua difícil, sino a la casa de Israel. (Ezequiel 3, 5)

  • Tienen visiones vanas, presagio mentiroso los que dicen: «Oráculo de Yahveh», sin que Yahveh les haya enviado; ¡y esperan que se confirme su palabra! (Ezequiel 13, 6)

  • Nabucodonosor exclamó: «Bendito sea el Dios de Sadrak, Mesak y Abed Negó, que ha enviado a su ángel a librar a sus siervos que, confiando en él, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a ningún otro fuera de su Dios. (Daniel 3, 95)

  • Por eso ha enviado él esa mano que trazó este escrito. (Daniel 5, 24)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina