Gefunden 55 Ergebnisse für: ciudadela

  • Después reconstruyeron la Ciudad de David con una muralla grande y fuerte, con torres poderosas, y la hicieron su Ciudadela. (I Macabeos 1, 33)

  • Pero Jerusalén estaba despoblada como un desierto, ninguno de sus hijos entraba ni salía; conculcado el santuario, hijos de extraños en la Ciudadela, convertida en albergue de gentiles. Había desaparecido la alegría de Jacob, la flauta y la lira habían enmudecido. (I Macabeos 3, 45)

  • para caer sobre el campamento de los judíos y vencerles por sopresa. La gente de la Ciudadela los guiaba. (I Macabeos 4, 2)

  • Judas dio orden a sus hombres de combatir a los de la Ciudadela hasta terminar la purificación del Lugar Santo. (I Macabeos 4, 41)

  • La guarnición de la Ciudadela tenía sitiado a Israel en el recinto del Lugar Santo; buscaba siempre ocasión de causarle mal y de ofrecer apoyo a los gentiles. (I Macabeos 6, 18)

  • El año 150, una vez reunidos, dieron comienzo al sitio de la Ciudadela y construyeron plataformas de tiro e ingenios de guerra. (I Macabeos 6, 20)

  • He aquí que hoy tienen puesto cerco a la Ciudadela de Jerusalén con intención de tomarla y han fortificado el santuario y Bet Sur. (I Macabeos 6, 26)

  • Entonces Judas partió de la Ciudadela y acampó en Bet Zacaría, frente al campamento real. (I Macabeos 6, 32)

  • Fortificó también la ciudad de Bet Sur, Gázara y la Ciudadela, y puso en ellas tropas y depósitos de víveres. (I Macabeos 9, 52)

  • Tomó como rehenes a los hijos de los principales de la región y los dejó bajo guardia en la Ciudadela de Jerusalén. (I Macabeos 9, 53)

  • Le concedía autorización para reclutar tropas, fabricar armamento y contarse entre sus aliados. Mandaba, además, que le fuesen entregados los rehenes que se encontraban en la Ciudadela. (I Macabeos 10, 6)

  • Jonatán fue a Jerusalén y leyó la carta a oídos de todo el pueblo y de los que ocupaban la Ciudadela. (I Macabeos 10, 7)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina