Gefunden 5347 Ergebnisse für: casa de Dios

  • Dijo Dios a Abraham: «Guarda, pues, mi alianza, tú y tu posteridad, de generación en generación. (Génesis 17, 9)

  • A los ocho días será circuncidado entre vosotros todo varón, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado con dinero a cualquier extraño que no sea de tu raza. (Génesis 17, 12)

  • Deben ser circuncidados el nacido en tu casa y el comprado con tu dinero, de modo que mi alianza esté en vuestra carne como alianza eterna. (Génesis 17, 13)

  • Dijo Dios a Abraham: «A Saray, tu mujer, no la llamarás más Saray, sino que su nombre será Sara. (Génesis 17, 15)

  • Y dijo Abraham a Dios: «¡Si al menos Ismael viviera en tu presencia!» (Génesis 17, 18)

  • Respondió Dios: «Sí, pero Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Isaac. Yo estableceré mi alianza con él, una alianza eterna, de ser el Dios suyo y el de su posteridad. (Génesis 17, 19)

  • Y después de hablar con él, subió Dios dejando a Abraham. (Génesis 17, 22)

  • Tomó entonces Abraham a su hijo Ismael, a todos los nacidos en su casa y a todos los comprados con su dinero - a todos los varones de la casa de Abraham - y aquel mismo día les circuncidó la carne del prepucio, como Dios le había mandado. (Génesis 17, 23)

  • Y todos los varones de su casa, los nacidos en su casa, y los comprados a extraños por dinero, fueron circuncidados juntamente con él. (Génesis 17, 27)

  • dijo: «Ea, señores, por favor, desviaos hacia la casa de este servidor vuestro. Hacéis noche, os laváis los pies, y de madrugada seguiréis vuestro camino.» Ellos dijeron: «No; haremos noche en la plaza.» (Génesis 19, 2)

  • Pero tanto porfió con ellos, que al fin se hospedaron en su casa. El les prepraró una comida cociendo unos panes cenceños y comieron. (Génesis 19, 3)

  • No bien se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, rodearon la casa desde el mozo hasta el viejo, todo el pueblo sin excepción. (Génesis 19, 4)


“Jesus e a sua alma devem cultivar a vinha de comum acordo.” São Padre Pio de Pietrelcina