Gefunden 368 Ergebnisse für: alma

  • Corrige a tu hijo y te dejará tranquilo; y hará las delicias de tu alma. (Proverbios 29, 17)

  • Dad bebidas fuertes al que va a perecer y vino al de alma amargada; (Proverbios 31, 6)

  • Si alguno que tiene cien hijos y vive muchos años, y por muchos que sean sus años, no se sacia su alma de felicidad y ni siquiera halla sepultura, entonces yo digo: Más feliz es un aborto, (Eclesiastés 6, 3)

  • Mejor es lo que los ojos ven que lo que el alma desea. También esto es vanidad y atrapar vientos. (Eclesiastés 6, 9)

  • Indícame, amor de mi alma, dónde apacientas el rebaño, dónde lo llevas a sestear a mediodía, para que no ande yo como errante tras los rebaños de tus compañeros. (Cantar 1, 7)

  • En mi lecho, por las noches, he buscado al amor de mi alma. Busquéle y no le hallé. (Cantar 3, 1)

  • Me levantaré, pues, y recorreré la ciudad. Por las calles y las plazas buscaré al amor de mi alma. Busquéle y no le hallé. (Cantar 3, 2)

  • Los centinelas me encontraron, los que hacen la ronda en la ciudad: «¿Habéis visto al amor de mi alma?» (Cantar 3, 3)

  • Apenas habíalos pasado, cuando encontré al amor de mi alma. Le aprehendí y no le soltaré hasta que le haya introducido en la casa de mi madre, en la alcoba de la que me concibió. (Cantar 3, 4)

  • Abrí a mi amado, pero mi amado se había ido de largo. El alma se me salió a su huída. Le busqué y no le hallé, le llamé, y no me repondió. (Cantar 5, 6)

  • En efecto, en alma fraudulenta no entra la Sabiduría, no habita en cuerpo sometido al pecado; (Sabiduría 1, 4)

  • Guardaos, pues, de murmuraciones inútiles, preservad vuestra lengua de la maledicencia; que la palabra más secreta no se pronuncia en vano, y la boca mentirosa da muerte al alma. (Sabiduría 1, 11)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina